Cada vez que digo San Martín quiero bailar al ritmo de la Soca Salsa de Fernando Colina con la crecí en medio de la selva caribeña. Y es que los selváticos llevamos intensidad por dentro, porque para crecer en medio de la naturaleza, nos tiene que gustar la confusión de los sonidos en la noche, la infinita cantidad de verdes mojados que aparecen al pasar la lluvia y el viento de una tormenta, la diversidad abrumadora de insectos nocturnos, y cierta inmunidad a las picaduras de mosquitos.
Mi primer destino de La Ruta Natural fue la reserva de Tingana. Esto lo decidí así porque en la guía, habían varias reservas de San Martín que sugerían que se podían visitar todo el año, y yo empecé este recorrido en Marzo del 2019, cuando todavía cae mucha agua en la selva peruana.
Llegué a Moyobamba vía Tarapoto. Son dos horas y medias de camino por una carretera llena de curvas y de vistas verdecitas, que es mejor hacer de día que de noche. Para el transporte hay autos colectivos que por 20 soles por persona te llevan en lo que se llene el taxi, y si estás muy apurad@, puedes irte por 80 soles con el carro para ti solit@.
Me di cuenta que Tarapoto y Moyobamba se tienen envidia (el primero tiene el aeropuerto, el segundo tiene mejor clima) pero los que no en ninguna de ellas, podemos disfrutarlas libremente, y hacer votos de neutralidad para que algún día los Moyobambinos y los Tarapotinos hagan las paces y amen su tierra sin necesidad de tanta criticadera.
Una vez en Moyobamba me quedé en el Hostal Bachig. Su dueño Jordan es una maravilla, hospitalario y con buenos consejos. El hostal tiene lo básico para pasar una o dos noches tranquilo disfrutando de lo que Moyobamba (Moyo) tiene para ofrecer.
Moyo es famosa por sus orquídeas y en la ciudad hay un par de orquidearios imperdibles. En especial el que está en Waqanki Reserve (que también es un área de conservación) te permitirá disfrutar de la nube de colibríes más grande que hayas visto en tu vida. La comida que le dan a los Colibríes parece hacerlos inmunes a los humanos (*) y te puedes acercar y tomar buenas fotos, pero sobretodo disfrutar del zumbido espectacular de sus alas y entender porqué en la cosmovisión andina el colibrí está tan cerca del gran espíritu. Su vuelo es realmente majestuoso y aquí podrás ver al menos 3 a 4 especies de colibríes de la región.

Reserva Wakanqui Lodge 
Orquídea Zapatito de Bebe 
Reserva Wakanqui lodge 
Orquídea Estrella 
Reserva Wakanqui lodge 
Reserva wakanqui lodge
Una actividad adicional que puedes hacer, luego de meditar sobre la belleza de las orquídeas y dejarte bendecir por el sonido de la nube de colibríes, es darte una buena limpieza de cuerpo y de aura en las deliciosas aguas termales de San Mateo. No hay carga que se resista a la relajación de agua caliente con sales del subsuelo que aquí te puedes dar. Es el mejor Spa que vas a encontrar, y la mejor forma de asimilar tanta belleza Moyobambina.
El viaje a Tingana empieza tempranito en la mañana, pero como es tanto lo que tengo que decir sobre esa reserva, decidí dedicarle un post especial. Sigue leyendo aquí.
(*) Si eres purista como yo y no sabes si es bueno o no darle de comer agua con azúcar a los colibríes para que se acerquen, aquí te dejo un link donde me enteré sobre la mejor forma de darles de comer.



